Un comentario en “(110) Matar al Buda

  1. Hugo Fabel no escribe poesía para turistas. Estos caprichos estilísticos siempre me han parecido prepotentes, característicos de esa raza inhabitual que hace que el lenguaje sea una náusea. A punto de auto sabotearse, pero sin llegar a hacerlo. Bastante fascinante, sin duda. Una bala perdida para cualquier lector retrógrado. Más allá de los conceptos del contenido, es imposible no captar los estímulos (delirios) cerebrales de la forma, la estructura. Qué intoxicación.

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